
Se trata de una barra pequeña que cuenta con algunas mesas en su área techada y una al aire libre, es en sí un lugar muy sencillo por su decoración y tamaño, ya que sus mesas son de madera, pequeñas y altas y otra a raz de piso; el menú es igual de sencillo que el lugar, y cuenta con bebidas calientes y frías para el disfrute de cada gusto, ya sea una bebida con o sin café.


Bebidas que al momento de llegar a nuestro lugar, nos percatamos que era demasiada espuma la que la bebida contenía, mucho más que la tasada para un capuccino regular, y a pesar de tener la temperatura adecuada, las notas a café eran demasiado suaves, es decir, el sabor propio del café utilizado prácticamente no era posible apreciar, sino tan solo un poco.
A pesar de esto los dos jóvenes se portaron muy amables y atentos, cuando llegamos la chica nos explico algunas de las ofertas que tenían en el momento y lo que había en el menú; después se disculparon por la espera de las bebidas, y a pesar de ese detalle, el momento que pasamos fue agradable sobre todo por la ubicación del local, que se encuentra situado en un lugar prácticamente ahogado en silencio y tranquilidad que hace que una vibra de paz se sienta rodeando el lugar en todo momento.
El lugar esta ubicado en una zona que a pesar de no ser muy concurrida la vista es bonita y tranquila, y es fácil de ubicar, al estar en el callejón del templo de Santa Ana, una cuadra después de que termina la zona peatonal de la calle constitución, a donde pueden acudir si desean tener su propia experiencia y charlar un buen rato en un área bastante tranquila.
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