Reseña: Da vinci

El Café da Vinci es quizá uno de los locales más recurridos y por decir así "clásico" de nuestra ciudad, y que se encuentra en una muy buena zona, aunque no tan fácil de localizar a menos de que seas un buen observador en las calles de Durango.

En esta ocasión hablaremos primero que nada de lo bueno del lugar: como ya lo dijimos al principio, el lugar está ubicado en muy buena zona de la ciudad, en el pleno corazón, a un costado de la plaza de armas, por la calle constitución, en una segunda planta; es un lugar grande y cerrado con algunos balcones donde la vista es para ser sinceros, hermosa (en especial en las noches) y a través de la cual tienes a la vista la plaza entera y la catedral a un costado, balcones donde por cierto, para aprovechar la vista puedes fumar sin problema; mientras, por otra parte se encuentran unos pequeños sillones donde estas lejos del humo y de la bonita vista; ese sitio cuenta con un espacio para exposiciones de arte y un buen espacio para eventos musicales, la decoración en el local que a pesar de ser poca está muy bien organizada con toques vintage y dibujos en la pared de figuras reconocidas, que hacen que estéticamente el lugar sea agradable a la vista.

Aunado a ello los precios son accesibles y tienen promociones que se ajustan a tu presupuesto y cuentan con un menú para muchos de los gustos de los clientes.

Por otro lado, teníamos que llegar irremediablemente a hablar de lo malo del lugar, pues a pesar de sus ventajas, la experiencia se ve un poco eclipsada por algo importante; en nuestro caso y para anotar el café en nuestra lista del tour (no es la primera asistencia), pedimos un capuchino natural y un capuccino que se nos ocurrió hacer un poco exótico con un "shot de tequila", para hacer más interesante la experiencia; en cuanto al servicio, no tardaron tanto en llevarnos nuestra orden, pero en cuanto lo vimos no nos dio buena espina nuestro producto.

La taza era transparente por lo cual pudimos ver que una mitad de la bebida literal era puramente espuma y la otra era un liquido café transparentoso que al probarlo no nos supo a nada en especial, realmente no nos dio el sabor a café, y de hecho,  ni siquiera a leche, la consistencia era más como si tuviéramos enfrente un vaso de agua con colorante café, y en cuanto a la bebida "exótica" ocurrió exactamente lo mismo, aún y cuando ese plus tuvo claro, un costo extra.

Aquí nos pesa creerlo, pero podemos decir que es mejor el lugar que el producto, cuestión que en lo personal nos encantaría que se cambiara, y que los productos se pusieran a la altura de la bella estética y vista que realmente ofrece el establecimiento, aunque la decisión de acudir a consumir un producto así, ya dependerá de cada quien y de su juicio.

Ubicación del Café da Vinci:

Reseña: La chabela

Tal vez "La Chabela" sea uno de los cafés mas conocidos de nuestra ciudad, ya sea por su ubicación o por el peculiar arte dentro de éste, y es justamente de él de quien les venimos a hablar un poco del día de hoy, ya que no lo podíamos dejar pasar por alto.

Cuenta ya con varios años con sus puertas abiertas y aparte de ser cafetería es además, un café Internet con algunas computadoras para uso de cualquiera que lo necesite, dándole un pequeño plus más literal al concepto de "Café Internet".

El lugar está ubicado en una esquina muy transitada, donde al pasar por el lugar te da de inmediato el olor muy fuerte a café; y si bien por fuera no parece ser a primera vista un establecimiento cafetero,  en cuanto entras puedes darte cuenta de lo contrario y apreciar el arte que esta en todo el lugar, ya que en todas sus paredes se muestra un gran mural muy bien detallado con personalidades Durangueses famosos y los lugares del mismo, con un tostador de café en una esquina, su molino y en la otra barra llena de los granos en venta; el menú se muestra en la entrada con variedad de bebidas y con algunas mesas al centro del lugar, el cual aún y con el paso de los años, se mantiene con sus bebidas tradicionales.

Por lo que nos contaron, ellos tuestan su café en el lugar, pero debemos decir que en nuestra visita en la cual pedimos dos capuchinos calientes no favoreció mucho el sabor ya que aparte de ser demasiado suave el sabor era como a café pasado de tueste (quemado), tenía demasiada espuma y algo que tampoco nos agradó fue que el café fue servido en vasos de unicel, lo cual tienes que esperar a que la bebida no esté tan fría para poder agarrarlo.

Por lo demás el servicio fue agradable ya que en este local siempre se han caracterizado por ser muy amables y ágiles, los precios a la fecha siguen siendo accesibles; no sabemos si el día en que acudimos las prisas jugaron mal en contra de la preparación de nuestras bebidas, así que muy probablemente nos vamos a volver a dar una vuelta para averiguarlo, lo cual también los invitamos a realizar para que ustedes mismos juzguen qué les parece el lugar y sobre todo el sabor de su café.

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Reseña: Coffe tree (Cinépolis)

Cuando la mayoría de nosotros eramos pequeños, ir al cine era sinónimo de estar rodeados de ese exquisito aroma a palomitas, dulces y refresco que impregnaba todo el complejo, esa era la esencia del cine en aquel entonces, y quizá por la escasa popularidad y publicidad que en esos años tenía el café, no era posible llegar al punto en que la mayoría de complejos ha arribado a la fecha: añadir al menú un área de café y diversas bebidas para el disfrute de los amantes del séptimo arte.

Cinepolis, una de las cadenas de cine más conocidas en todo el país, incluyendo nuestra ciudad, hace un par de años ingresó a su cartera lo que hoy conocemos como "Coffee tree", lo que podríamos considerar como una pequeña minifranquicia que le pertenece a la cadena de entretenimiento, y que aquí en Durango se puede encontrar en las instalaciones del cine, para llegar ya sea antes o después de la función por una rica bebida, y no sólo bombas de azúcar, chile o las míticas crepas, sino inclusive por un espresso que puedes degustar en un santiamén: la cuestión para nosotros era obviamente saber si valía la pena gastarse un par de monedas en el cine acudiendo a este café, o si beberíamos un café de calidad dudosa como de pronto algún establecimiento local ofrece disfrazado de "un buen café".

La respuesta fue sencilla de conocer a penas dimos el primer sorbo a nuestras bebidas, las clásicas para nosotros, un capuccino y un americano, el primero por su sabor particular y el segundo para saborear de manera más directa el café que se utiliza aquí, el cual resulta ser un café proveniente de las regiones de Veracruz, Oaxaca y Chiapas, cuya marca comercial es "GILA", con un sabor que sí fue de nuestro agrado; tiene una intensidad media que se impregna en el paladar al primer sorbo, y definitivamente con la temperatura ideal de la bebida, no se deja lugar a dudas de que vale la pena quitarse el antojo cuando se acude a las Salas a entretenerse un rato.

Qué mejor que hacerlo en compañía no solo de la botana tradicional, sino de un café que puede mantenerte despierto y cuyo sabor es bastante agradable para los costos del mismo, que pueden considerarse como promedio, a la par de las más conocidas franquicias del país.

Si van a Cinépolis de vez en cuando y nunca se han dado la oportunidad para ir a un "Coffee tree", los invitamos a que se animen a acercarse en una próxima ocasión y a que comprueben por ustedes mismos si el grano que ahí utilizan es del agrado de sus papilas gustativas.