Cafés vienen, cafés se van... pero sea como sea, cuando nos damos cuenta de la existencia de una nueva alternativa, siempre buscamos ir a visitarla para saber desde nuestra perspectiva de clientes, si esa nuevas propuesta vale la pena para ir a pasar un rato cómodo.
Entre esas propuestas un poco recientes, se encuentra el Café Gardel, una barra que se encuentra a escasas cuadras de la facultad de medicina de la U.J.E.D., que busca posicionarse como un gran lugar para ir a charlar por las tardes.
Nosotros acudimos al lugar en una tarde un tanto fresca pero con aún con un poco de calor, así que el antojo por una bebida fría o caliente nos hizo tardar un poco en decidir cuál de toda la variedad de bebidas nos haría bien para ese día; finalmente decidimos probar algo clásico, pues el lugar aparentaba ser un sitio en el que, lo que te sirven, te lo sirven bien, así que la decisión fue un capuccino frío y un capuccino caliente con esencia, para endulzar también el paladar.
En lo que nos preparaban las bebidas, admiramos el lugar y su decoración, que definitivamente dan un aire bastante peculiar al lugar, pues se siente una vibra muy acogedora y digamos, muy tranquila, de paz, pues el espacio amplio del lugar logra traer una sensación de calidez por toda la decoración y pinturas en las paredes que lo rodea todo.
Ese detalle nos agradó bastante pues el interés fue directamente por parte de quien te atiende, y siempre es de agradecer el que hagan de conocimiento de uno como cliente, qué es lo que se suele utilizar para preparar las bebidas que compras, además de que fue muy puntual con la temperatura del capuccino caliente.
Los precios son bastante accesibles, así que cualquiera puede ir a tomar alguna bebida y quedarse charlando tranquilamente bajo la garantía de encontrarse en un lugar al que vale la pena ir, los invitamos a acercarse para que ustedes mismos vivan su experiencia.
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